Cuando éramos niños
nos daban un beso
en una herida y
dejaba de doler.
Ahora
son los besos los que
nos hacen las heridas.
El tiempo
no cura nada,
solo te acostumbra
a la idea de que
algunas cosas están cambiando
y debes aceptarlo.
Quizás
no todos los días
sean buenos.
Pero en cada uno de ellos
hay algo bueno