Y dime tú, ¿por qué voy a hacer algo que puedo dejar perfectamente para mañana?
No hay como usar el ingenio no para ponerse a trabajar, sino para conseguir que tus tareas las hagan otros.
Hoy me levante con ganas de trabajar. Mejor me voy a recostar a ver si se me pasan, no sea que se trate de algo serio.
¿Y quién dice que por madrugar vamos a aprovechar bien el día? ¿No ves que ninguna tienda abre tan temprano?
Trabajar demasiado siempre me deja muy exhausto, así que por mi salud mejor no voy a hacer nada.
¿Ir al gimnasio? ¿Para qué? Mejor me quedo en casa y guardo mis fuerzas, tal vez las necesite después.
Nadie se ha muerto de pereza, así que déjame seguir durmiendo.
Amo a mi cama más de lo que el despertador ama tener que levantarme por las mañanas.
Nunca es tarde para descansar, ¡tomemos una siesta ahora que podemos! Tal vez después llegue el jefe.
No hay mejor manera de ser productivo en el trabajo, que durmiendo un poquito frente al escritorio para recuperar las energías.
