QUERIDO PADRE

Mi querido papa:



Crecí sin conocerte,
sin sentir tu calor,
cuando mis amigos hablaban de su padre
yo no tenia nada que decir
me sentía tan triste, tan solo,
porque tu te habías ido 
cuando yo empezaba a vivir.





Nunca pude abrazarte
ni siquiera recuerdo tu voz
solo me queda cada charla que mi madre me contó.

Cuando empecé a dar mis primeros pasos
y ahí estabas conmigo,
por cada caricia que me distes 
desde que era muy chico.

A veces quiero imaginarte
cerrando los ojos y tratando de ver tu rostro,
no sabes lo que daría por poder decirte de frente papa,
nunca pude hacerlo
y ahora que soy ya un hombre
sigo sintiendo tu falta,
tu consejo, tu compañía.





El que hacer con mi vida,
porque a veces me falta tu guía.
No me quejo mi madre 
ha hecho mucho por mi,
pero también siempre te he necesitado.

Mi querido padre
en donde estés 
no sabes cuanto te extraño,
no sabes lo mucho que te amo.


Andrea Susana Distefano




Carta a un padre ausente



¿Dónde estarás?… ¿Qué será de ti?... ¿Será que me olvidaste?, o ¿simplemente me ignoraste? ¿Algún día te interesó mi nombre? Imagino que no, pues nunca supe nada ti. El tiempo me enseñó de tu ausencia.
Un apellido… un lugar… una historia que ya no quiero escuchar.
No quiero preguntar, porque la respuesta, me puede apagar una ilusión, una historia que me inventé…

Un ángel que al cielo te llevó, un viaje que nunca retornó… Quiero pensar que volverás, aunque ya no sé si lo quiera igual, con aquella ilusión de quien comienza a conocer el mundo. Cuando era niña, soñé que regresabas, que leías conmigo la tarea y que luego reías y todo tenía colores lindos. Un día soñé, que mamá me mentía
Y que me querías…






Que su silencio, era tu mejor carta de recomendación… Fui ingenua al pensar que eso podía pasar. Con el tiempo aprendí que no regresarás.
No sabes lo difícil que es escuchar historias… Del papá que tu amiga te va a presentar, Imaginar ¿cómo tu vida pudo cambiar si todo fuera normal? Claro que sé que nunca llegarás…

 Si hay cielo, si Dios te perdonó, un día nos veremos allá, para decirte que tu ausencia me dolió, que te extrañé, pero que me acostumbré a tu ausencia, que no sabes mi nombre y que ya no importa…





Porque no quiero verte, porque quiero continuar mi camino… Porque aprendí a vivir sin ti, a controlar mi dolor, a fingir que no me importa tu ausencia, aprendí a pintar de color el destino que me dejaste, el abandono, la soledad y la mentira que una niña Puede inventar para justificar el dolor y la nostalgia de lo que nunca fue.

Hoy he decidido dejarte volar, dejarme vivir… Olvidar tu mal recuerdo Y darle a mi familia una historia diferente. Que ya no te lloraré más, que no importará más tu nombre, porque aprendí a vivir sin ti.