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Mamá en el cielo




MAMA... CONTIGO APRENDÍ...


Aprendí a extrañarte con una sonrisa,
aprendí a abrazarte en la gente que amo,
aprendí a sentirte sin verte, a acariciarte sin tocarte,
a caminar mirando el cielo, a esperarte en alguna señal.





Aprendí a levantarme afirmada a la esperanza,
aprendí a no guardar los sentimientos,
aprendí que el dolor vale la pena cuando te llena de tanto amor,
aprendí a llorar sin ahogarme y a que se puede ser feliz aun con lágrimas,
aprendí avanzar día a día, paso a paso,
y aunque aprendí a vivir sin tenerte…






Mis brazos aun te anhelan.., y mi corazón te amara eternamente!
Te Amo, Te Extraño y Te Necesito cada día de mi Vida



Amemos a nuestro padres°°

Me vi de pronto acompañado únicamente de mi esposa, sentados a la mesa, los dos solos.
En ese instante, no se de que forma vinieron a mi mente mis padres.

Mi padre, siempre quiso que toda la familia, al menos el día último del año, la pasáramos juntos.

Siempre nos decía, recuerdo ahora, que dividiéramos las dos fechas.
Los que ya estaban casados, pasaran la nochebuena en casa de sus suegros y, los aún solteros, con los amigos. Lo único que nos pedía era que el día último lo esperáramos con él y con mi madre.
Nunca se lo pudimos cumplir.

Mis hermanos ya casados, nunca pudieron. Siempre alegaron que estaba muy retirada la casa de sus respectivos domicilios, que era muy fría la noche, en fin, siempre excusas.






Los solteros, preferimos siempre salir con los amigos, beber hasta que no había una botella más que abrir o un súper donde poder comprar más alcohol.

Una noche de diciembre, mi hermano mayor nos convoco a todos los demás, para hacernos saber, que deberíamos pasar más tiempo con los viejos, que nunca después de haberse casado los mayores, habían pasado un fin de año con ellos.

Más bien pienso ahora, que mi hermano, estaba pasando por lo mismo que mis padres, ya que sus hijos mayores, empezaban a pasar estas fechas con sus amigos y él y su esposa, pasaban ya sus dos primeras noches de fin de año solos.

Todos estuvimos de acuerdo en que pasaríamos el 31 de diciembre de ese año, en casa de mis padres.

Mis padres se pusieron muy felices, mi padre le dijo a mi madre, que sacara las ollas mas grandes para preparar una gran cena.

En la casa era todo felicidad.

Mi padre se acercó a mí y dijo:

- Estoy muy feliz hijo, porque por fin voy a tener a todos como cuando eran pequeños, sentados en la mesa de la casa.

Quiero ver a mi hijo el mayor a mi derecha, a ti a mi izquierda por ser el mas pequeño.

Tu madre estará en el extremo opuesto y tus hermanas a su derecha excepto tu, que estarás en ese lado-.

Se le veía tan feliz, que me dio un abrazo el cual sentí tan lleno de amor que quise llorar.

Todo estaba listo. Eran las 7:00 de la noche y les dije a mis padres que iría a comunicarles a mis amigos que no pasaría el fin de año con ellos sino con mi familia. Mi padre dijo:

- Haces bien hijo, para que no te vayan a esperar- y me dio una palmada en el hombro y me brindó una bella sonrisa.

Cuando salí me esperaban dos de mis amigos a los que les comente lo que habría de hacer esa noche.

Mis amigos me dijeron, que al menos brindara con ellos antes para que así ellos sintieran que estaba ahí en el grupo. Ese brindis se alargo hasta casi antes de la media noche, tiempo en el cual, pensé muchas veces que en mi casa habrían de estar mis hermanos y hermanas con mis padres y yo, acá sin cumplir lo que había prometido a mis hermanos sobre esa noche.

Ya un tanto arrepentido por no haberme ido de inmediato, me retire de con mis amigos sin siquiera avisarles, presentía que me habría de recibir un buen regaño por parte de mis hermanos y ver el rostro de mis padres, enojados conmigo.

Cuando iba llegando a casa, no percibí alboroto alguno de parte de mi familia, pensé que por estar fría la noche se encontrarían al interior de la casa con mis padres.

Entre por la puerta de atrás para no ser tan obvio, al menos si me preguntarán diría que estaba dormido así que no habría ningún problema.

En verdad, ahora que lo recuerdo, una lágrima se desborda de mis pupilas.

Cuando abrí la puerta no oí ningún ruido, solo escuche la conversación de mi padre con una voz quebrada por el llanto diciéndole a mi madre:

- Vieja, no vino nadie, ni siquiera el menor de mis hijos esta con nosotros, que hemos hecho con nuestros hijos, que ahora no quieren estar aquí.

Se oía un onda tristeza en estas palabras, que no tuve valor ni siquiera para acercarme.






Seguí oyendo a mi madre que le contesto con unas palabras que aun retumban en mis oídos:

- Viejo, los padres estamos en el pensamiento de los hijos cuando están pequeños, pero cuando crecen, ese pensamiento lo ocupan sus propios hijos, sus ocupaciones, sus amistades, otras cosas...

¿Tú crees que preferirían pasar la noche de fin de año con un par de viejos que ya no pueden bailar, que no pueden desvelarse como lo hacían antes?

Mira, voy a poner los 10 platos sobre la mesa, y el que vaya llegando le iremos sirviendo.

Sentí un nudo en la garganta enorme que no me dejaba respirar, me sentí tan desgraciado, tan mal hijo, tan no se que.

Salí de donde estaba y abracé a mi padre y le pedí perdón, luego fui con mi madre, y le bese sus manos y me arrodille, ella me peinaba los cabellos mientras mi padre se secaba las lágrimas y dándome la mano me sentó a su derecha y dijo:

- Hoy mis hijos no están conmigo y en mi mesa están los 2 platos servidos, en cuanto llegue uno, mi familia habrá llegado...

Aprovechemos a nuestros padres en vida!!!

Bueno, en general a todos aquellos seres queridos que son vitales para nosotros...
No los descuidemos que cuando no los tengamos físicamente desearemos un solo minuto para poder abrazarlos y decirles cuando los amamos!!!

El amor de los padres es lo mas dulce y grande, es como el cielo solo puedes ver la superficie pero no lo profundo.

Por eso es importante tener ALGUIEN QUE TE AME Y NUNCA TE OLVIDE AUN EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES, TE APOYE.



Palabras a mi hermana

Palabras a mi hermana

“Tengo muchas amigas, pero tú eres la mejor, pues me conoces mejor que nadie, de toda la vida. Te adoro hermanita linda, te quiero con toda el alma. No ha habido un solo día, en que no haya contado con tu amor.”





Desde que tengo memoria, te he admirado, como amiga, como profesional, casi como una segunda mamá. Siempre me has protegido como si me hubieses parido, y si bien hemos tenido algunas peleas, jamás podré dejar de quererte como lo hago, ni de darte las gracias, por el apoyo incondicional que me brindas. Te quiero inmensamente.

Nos criamos juntas, pero la vida se encargó de llevarnos por caminos muy distintos, sin embargo, nuestros corazones permanecen unidos. Y es que compartimos muchos recuerdos, muchas aventuras, demasiadas travesuras, pero sobre todo, compartimos mucho amor. No existe en todo el universo, una hermana como tú, por ello te quiero con toditito mi corazón.





Hermanita, desde que puedo recordar, has sido mi compañera en cada travesura, mi mejor amiga en todo momento, y mi paño de lágrimas. Te adoro, y sé que soy sumamente dichosa, por tenerte.






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